Prácticas Agronómicas

Aseguran que la clave del control de malezas está en el manejo integrado.

Especialistas del INTA se enfocan en acciones a largo plazo, el uso racional de los insumos y el conocimiento ecológico de las especies tolerantes.

La presencia cada vez mayor de malezas tolerantes y resistentes representa una competencia directa con los cultivos estivales y un desafío para técnicos y asesores. Para su control, en Chaco, especialistas del INTA Sáenz Peña proponen el MIM (manejo integrado de malezas), que es la puesta en práctica de una serie de acciones a largo plazo, que incluyen el uso racional de los insumos y el conocimiento ecológico de las especies tolerantes.

"A lo largo de los años, las malezas encontraron la manera de permanecer y sobrevivir en los distintos sistemas de producción", reflexionó Graciela Guevara –especialista en manejo de malezas del INTA Saénz Peña– y afirmó: "Para su control, es necesario que usemos todos los métodos disponibles, y compatibles con el ambiente".

La escasa rotación de cultivos, sumado a la aplicación sin planificación de herbicidas, derivó en la selección de poblaciones resistentes. Conocer las características de cada especie no deseada del lote –como consumo de agua, nutrientes y tasa de crecimiento, entre otras– será fundamental a la hora de pensar una estrategia integral de control.

De acuerdo con Guevara, la incorporación de cultivos de cobertura de invierno reduce considerablemente la presencia de malezas y, además, minimizan el uso de herbicidas. "Cultivos como trigo, avena y centeno compiten por los recursos (espacio, luz, nutriente) e reducen la emergencia de malezas", señaló la técnica del INTA y agregó: "Además, la rotación con distintos cultivos ayuda a mantener el lote cubierto durante todo el año, lo que aporta a la sustentabilidad del sistema".

La aparición de especies resistentes al control químico, preocupa no sólo por el costo económico de su control, sino también, por la frecuencia de su aparición. Para Guevara, "es necesario dejar atrás viejas recetas porque la repetición de las mismas prácticas a lo largo del tiempo generó presión de selección sobre las malezas".

"El manejo no se limita a la aplicación de herbicidas", sentenció Guevara y explicó: "De hecho, su uso indiscriminado derivó en la aparición de resistencia a distintos ingredientes activos; para reducir la emergencia y la capacidad competitiva que tienen con los cultivos es necesario intensificar la rotación de productos con distintos modos de acción".

Por otro lado, la especialista del INTA destacó la importancia del manejo racional de productos químicos y la eliminación manual de biotipos resistentes. "En el NEA, hemos recurrido al control mecánico para erradicar especies perennes de los lotes como Digitaria insularis, Chloris spp., Borreria spinosa , Gomphrena perennis, Sorghum halepense RG, de esta manera se eliminan las estructuras vegetativas que favorecen su permanencia en el suelo", indicó.

Fuente:
Infocampo

 
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