Prácticas Agronómicas

Ahora, vuelve el "trigo-soja", un combo que se extrañó en la rotación

De a poco se va terminando esta campaña y se acerca el comienzo de una nueva. Por eso, los productores empiezan a tomar las decisiones estratégicas, con la novedad de que el combo trigo/soja vuelve a ser una carta interesante.

En este contexto, técnicos del grupo de Mejoramiento de Trigo del INTA Marcos Juárez dieron a conocer un informe que destaca los beneficios que tendrá el regreso del cereal a las rotaciones.

El trigo es la opción de invierno más generalizada en la agricultura argentina y, además, permite la siembra de cultivos de verano con diferente resultado agronómico según las regiones.

Los técnicos advirtieron que factores ambientales como el período libre de heladas, la disponibilidad de agua y la temperatura ponen límite a la expresión agronómica del cultivo estival, pero que la tecnología disponible actualmente puede ayudar a mejorar los resultados en muchos casos.

"Prueba de esto son los rendimientos obtenidos en la región central norte con la secuencia del cultivo trigo soja de segunda siembra (trigo-soja) y con maíz tardío", detallaron.

El INTA afirma que la secuencia trigo-soja en la región central norte representa un aporte para la sustentabilidad del sistema agrícola, principalmente por su aporte de rastrojo a la cobertura, que permite una adecuada implementación de la técnica de siembra directa. Se trata de un beneficio que puede extenderse a muchas regiones.

Otra característica reconocida por los especialistas es el aporte de materia orgánica que realiza el sistema radicular del trigo en los primeros centímetros de suelo, con un impacto directo sobre la capacidad de infiltración del agua de lluvia.

En el momento de decidir la siembra de trigo hay varios aspectos a considerar que pueden modificar el resultado del cultivo de trigo y también de la secuencia trigo-soja.

Algunos no están bajo el control directo del productor, como la ocurrencia de lluvias o de altas y bajas temperaturas en momentos críticos para la definición de ambos cultivos, pero sí hay otros aspectos sobre los que se puede ejercer mayor control y que vale la pena considerar.

"La problemática más generalizado se refiere a la necesidad de corregir la deficiencia de nutrientes para el trigo y la secuencia trigo-soja, principalmente nitrógeno, fósforo y azufre. La estrategia de fertilización siempre debe adecuarse a la expectativa de rendimiento que está relacionada con la calidad del ambiente", explican.

La idea de calidad de ambiente para la secuencia trigo-soja necesariamente considera varios aspectos agronómicos (combinación suelo-clima, disponibilidad de agua, años de rotación, disponibilidad de nutrientes en el sistema, presencia de napa, etc.), pero el INTA remarca que resulta relevante considerar la disponibilidad de agua almacenada en el suelo en el momento de la siembra de trigo.

Con la expectativa de rendimiento de acuerdo al ambiente de producción, resulta relevante elegir una variedad de trigo y su fecha de siembra para cada caso. También este es el momento de discutir sobre la calidad que se desea producir.

Considerando los costos de producción compatibles para cada situación, también es importante conocer el probable comportamiento esperado de cada variedad frente a las principales enfermedades de cada región.

Este no es un detalle menor, considerando la susceptibilidad observada en la mayoría de los cultivares difundidos a enfermedades de difícil control como la "fusariosis de la espiga" y la "roya negra o del tallo", avisan los técnicos. Considerar todas estas cuestiones será vital para tener éxito en una nueva apuesta productiva.

Fuente:
Clarín Rural

 
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