Para la evaluación se buscaron condiciones climáticas extremas al momento de realizar los tratamientos. En todas las aplicaciones a lo largo del ciclo del cultivo, la humedad relativa fue inferior al 50% y la temperatura superior a 25°C. La dosis de coadyuvante fue de 0,2 litros por hectárea.

En un barbecho largo se verificó un control superior de malezas a partir de los 10 días después de la aplicación (DDA) en especies como viola, conyza, lamium y bowlesia. A los 45 DDA, la eficacia del control, en todas las especies, llegó al 100%.

En una aplicación en período de preemergencia, desde los 8 días DDA se observó un control superior con el coadyuvante, mostrando una tasa de secado mayor. En el caso de quínoa, a los 8 DDA llegó al 100%. En conyza se llegó al máximo control a los 35 DDA y en digitaria a los 15 DDA, por citar algunos ejemplos.

Al aplicar fungicidas más insecticidas, se observó una menor incidencia de enfermedades en los cultivos que recibieron el combo junto al coadyuvante. Los técnicos lo atribuyen a un posible impacto en la residualidad del fungicida, al mejorar la penetración bajo condiciones ambientales adversas (46% de humedad relativa y 32° de temperatura) y a la cantidad de principio activo que ingresó en la hoja. En cuanto a los insecticidas, se observó una mejora en el control inicial. Y la presión fue baja, con lo cual se alcanzó rápidamente el 100% de control, mostró el ensayo.

Fuente:
Clarín Rural

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